CON HOSPITALIDAD, EXPRÉSATE EN LIBERTAD

II Época Nº14 Junio 2016 En este número queremos hacer una breve reflexión sobre la libertad, término temido para unos, concepto idílico e inalcanzable para otros y símbolo de expresión fundamental cuando es vivida desde la Hospitalidad. El Papa Francisco propone un modelo de acompañamiento basado en respetar en todo momento la libertad del otro. Cada uno ejerce y vive la libertad de diferente forma y hoy queremos hacer una mención especial a los colaboradores y voluntarios de la Clínica Nuestra Señora de la Paz.

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CON HOSPITALIDAD, EXPRÉSATE EN LIBERTAD o

“El ser humano puede hacer lo que quiere, pero no puede querer lo que quiere” (Schopenhauer)

La idea del libre albedrío se convierte en una ilusión. (El libre albedrío está apuntalado en el narcisismo). No somos autores de nuestra propia vida, somos tan solo un vehículo desde el que la vida se expresa. No sirve de nada empeñarnos en pretender que las cosas ocurran como nosotros queremos, sino que hemos de aceptar que las cosas sean como son. De ahí deducen que la supuesta capacidad de decidirnos libremente queda reducida a un singular espejismo de nuestra mente. Otros afirman que, a lo largo de la vida, diversos acontecimientos van a seguir conformando el perfil de respuestas de las que es capaz el ser humano, quien, ante una situación determinada, reaccionará de acuerdo con la información disponible en ese momento y en concordancia con los recursos de su cuerpo-mente. ¿Qué espacio queda ahí para la libertad de decisión? Somos conscientes del resultado del proceso decisorio, pero no de las razones que han intervenido en su resolución. En muchos casos, decisiones tan importantes como la elección de pareja o la de una trayectoria profesional, se toman bajo la influencia de impulsos y motivaciones que permanecen por debajo del umbral de la consciencia. Es un buen ejercicio mental y de experiencia vivencial, citar y tener autores de referencia que iluminen nuestra forma de pensar y de ser. E. Fromm habla de miedo a la libertad. Tenemos miedo del empleo de la libertad y tememos perderla abusando de la misma con el permisivismo y cierta dosis de libertinaje. No nos damos cuenta del significado de la salud hasta que no estamos enfermos. No apreciamos el significado de la libertad hasta que no la vemos amenazada en sus cimientos y raíces. Estamos en la sociedad de la acción y de la producción. Pero la hiperactividad es un síntoma de agotamiento espiritual. La hiperactividad, en lugar de llevar a la libertad, origina nuevas obligaciones por lo que, cuanto más activo se es, resulta ser uno menos libre (Byung-Chul Han, 2012). Somos conscientes que estamos derrumbando muros entre los hombres, con respeto por el pensamiento de cada cual: mi libertad acaba donde empieza la del otro. Dejamos constancia, desde la visión y acción de San Juan de Dios que supo humanizarse al estilo de Jesús para, actuando desde su debilidad, desde su abajamiento, enseñarnos que, la vulnerabilidad en la que coincidimos, nos permite sumar y nos fortalece. Cada día aprendemos que, la hospitalidad es una acogida continuada, y que, la hospitalidad nos permite expresarnos con libertad. Resulta ser excelente, un ejercicio de crecimiento y de responsabilidad.

Servicio de Atención Espiritual y Religiosa (S.A.E.R). Hermanos de San Juan de Dios

EL ARTE DE ACOMPAÑAR DESDE LA LIBERTAD La vida en un devenir que no realizamos de manera individual, sino que transcurre y se llena de experiencias colectivas vividas en sociedad, que se crean a medida que nos relacionamos con otros. En ese proceso de vida vamos acompañados en determinados momentos, pero también nosotros acompañamos a otros en su caminar. El Papa Francisco, en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, interpela a sacerdotes, religiosos y laicos a formarse en relación al acompañamiento personal en los procesos de crecimiento y define esta acción como un “arte” para el que se hace necesario aprender a quitarse las sandalias ante la tierra sagrada del otro (cf Éx 3,5). Hemos de otorga al propio caminar un “ritmo sanador de projimidad”, (como bien denomina el Papa) manteniendo una mirada respetuosa y llena de compasión pero que al mismo tiempo sane, libere y aliente a madurar en la vida cristiana (EG.169). Para los cristianos, crecer en la fe nos conduce más y más a Dios, en quien podemos alcanzar la libertad verdadera (EG.170). El tiempo y la paciencia son grandes aliados imprescindibles para acompañar, pues no hemos de seguir nuestros ritmos sino los ritmos del otro. Y es que “Yo soy yo, cuando me siento libre para poder expresarme sin ser juzgado, sin saber que el tiempo es un limitador. En esta sociedad del siglo XXI son muchas las ataduras que nos esclavizan. En otro tiempo hubo cristianos que eran tomados como esclavos a causa de su fe, sin embargo hoy son otras las cadenas que nos llevan a ese estado, como puede ser: la tecnología, el poder, el dinero o la propia imagen. Esclavitudes modernas a las que Dios no es ajeno. Jesús busca darnos la libertad a través de la fe. Creer en un Dios que se hizo hombre por nosotros y cuyo Santo Espíritu está presente en la Iglesia. Es descubrir un misterio de amor y libertad que transforma nuestra vida y nos envía al servicio de los más necesitados, como hizo San Juan de Dios. Desde esa libertad decidimos ir a otros lugares para aportar y compartir los dones recibidos. Desde la profesionalidad en el caso de los trabajadores, desde la generosidad en el caso de los bienhechores y desde la gratuidad, personificada en nuestros voluntarios. Almas generosas que acompañan a los residentes día a día y ofrecen su tiempo para acoger los momentos difíciles con una sonrisa o un abrazo e infundir ánimo, esperanza y ganas de vivir.

PARA PENSAR "Reírse es arriesgarse a parecer tonto. Llorar es arriesgarse a parecer sentimental. Alargar el brazo es arriesgarse a implicarse (…) Vivir es arriesgarse a morir… Pero se tienen que correr riesgos. Porque el mayor peligro en la vida es no arriesgar nada. Puede que así evites sufrimientos: Pero no vas a aprender, cambiar, amar ni vivir. Encadenado al miedo, uno se convierte en esclavo. Sólo eres libre si te arriesgas” (Alex Rovira).

EL RINCÓN DEL COLABORADOR ¿Qué significa ser voluntario? Según el sociólogo Antonio Ariño, voluntario es aquella persona que se compromete, por iniciativa propia, de manera desinteresada en una acción organizada al servicio de la comunidad. Los voluntarios de la Clínica Nuestra Señora de la Paz realizamos una labor de acompañamiento con los pacientes ingresados. Nosotros no pedimos nada y recibimos mucho a cambio. Nuestra recompensa es la satisfacción que supone ayudar a los demás, el agradecimiento y el cariño que nos dan los pacientes. Este voluntariado nos da la oportunidad de ayudar a personas que están atravesando uno de los momentos más vulnerables de su vida, intentando que se sientan acompañados y comprendidos en esos difíciles momentos. En definitiva, procuramos que se olviden durante unas horas de sus preocupaciones. Voluntario de la Clínica Nuestra Señora de la Paz

Servicio de Atención Espiritual y Religiosa (S.A.E.R). Hermanos de San Juan de Dios